Poeta negro, un seno de doncella
te obsesiona
poeta amargo, la vida bulle
y la ciudad arde,
y el cielo se resuelve en lluvia,
y tu pluma araña el corazón de la vida.
Selva, selva, hormiguean ojos
en los pináculos multiplicados;
cabellera de tormenta, los poetas
montan sobre caballos, perros.
Los ojos se enfurecen, las lenguas giran
el cielo afluye las narices
como azul leche nutricia;
estoy pendiente de vuestras bocas
mujeres, duros corazones de vinagre.
Antonin Artaud
Gracias por recordarme estos oscuros y admirables versos, Misterio. El marco de tu sugerente blog es excelente para disfrutarlo. Abrazos. Rashek.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras y por venir :)
ResponderEliminarAbrazos, Rashek.
bonito poema... lleno de temor y oscuridad, aunque consigue ilusionar. un saludo.
ResponderEliminarSí, Antonioe, a mi también me gusta...
ResponderEliminarUn saludo :)
Me gustan los versos y el juego de versos e ideas que haces. Un espacio con delicadeza y calidad. Volveré. Un cordial saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Paco por tus palabras.
ResponderEliminarMe gustará verte por aquí :)
Un abrazo.