El viento, apasionado, se mueve como vendaval de amores.
Las ramas pierden hojas que van ilusionadas tras el.
Taladra la piel de los dormidos,
y le es igual ser impropio en la estación.
Lleva las nubes a sus órdenes,
y descargan a uno de su movimientos.
Le quita la verticalidad a la lluvia,
la atiza contra todo,
haciéndola presa de las superficies esponjadas.
Descoloca los sueños sobresaltando en la noche.
Precusor de las grandes tormentas, se amiga con el rayo.
Traaidor se cuela en las rendijas, traspasa las ventanas.
Enemigo de las tejas, batalla hasta descolgarlas.
Azuza las hogueras, las enciende,
Apasionado enemigo de los bomberos,
jugador implacable que en sus correrías se auna con el fuego.
Sin embargo nada puede contra el amor,
y arrastra los susurros que suspiran,
llevando todo nombre hacia el recuerdo
en los días mas desapacibles.
Misteriosa