Mis dos almas se despliegan para dejarte en medio. Allí tu
atiendes, ora la maliciosa, después la angelical. Y yo guardando el equilibrio
para que no se rompa el fino hilo de seda que te ata a mi corazón.
Siempre hay una tercera voz que me hace alertar; entonces el
corazón se detiene queriendo guardar silencio, intentando escuchar, y escucho
mientras la noche va cayendo sobre mis ojos como lágrimas negras, invitando a
una somnolencia que no quiere despertar.
La fuerza de la seda que roza mi piel, aviva mi sentido de
mujer. Me crezco, como se crece la espuma si la atrapan en cáliz. Subo errática
en el pensamiento hasta retomar el hilo que no se quiebra, que resiste como
cadena de eses forjada en oro macizo. Nuestro amor.
Misteriosa
Cuantas dudas y certezas comparte nuestro cuerpo. Un abrazo
ResponderEliminarSí, Ester...
EliminarUn beso.
Cuántas metáforas maravillosas en este texto lírico que me dejan pensando... Somos un mundo de sensaciones encontradas.
ResponderEliminarPrecioso, te felicito porque tienes enorme talento.
Gracias por seguirme en mis otros rincones, sé que tienes otro blog.
Pasaré por él.
Besos
Muchas gracias por esas palabras tan bonitas que me dedicas.
EliminarTus blogs son pura belleza, me pierdo en ellos constantemente...
Cuando quieras pasas por el otro :)
Besos
Bonito blog.
ResponderEliminarFelicidades!!
Muchas gracias, María, gracias por estar aquí.
EliminarUn beso.
Qué sensaciones !! hermoso, beso
ResponderEliminar