El castillo que habita el señor tiene un fantasma.
Entre sus sombras se ciernen mil ojos, que están siempre al
acecho.
Yo vivo al pie de los árboles, bajo el cálido sol. Aquí no
hay señores, ellos no saben de amor.
Me alejaré de las sombras que me inquietan, partiré al corazón
de la selva, donde nadie pueda verme entre la maraña.
Están levantando un muro muy cerca del castillo. Un muro tan
fuerte, que si sigue así, jamás ya se podrá traspasar.
Van con picos hacia el puente de las nieblas, creo que lo
van a tirar. Es el puente que me unía a la vida.
Misteriosa
El puente que nos une a la vida, sin él estamos perdidos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Im-pre-sio-nan-te ! Abrazos.
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ResponderEliminarsí, Rafael... Es importante ese puente...
Un abrazo.
Muchas gracias, Cesar...
ResponderEliminarAbrazos para ti.
Me preocuparía el vuelo del buitre, del cuervo,
ResponderEliminarel reptar de la serpiente y el siseo de los insectos.
Pero las ratas son huidizas.
(Sonrisa).
No creas, Toño, tienen mucho tesón... No huyen...
ResponderEliminarEspero que jamás se caiga el puente de la niebla... Ni que los muros se hagan infranqueables.
Las alas de las hadas bordes, no levantan demasiado el vuelo... son cortitas.
La vida dirá :)
El puente tien sólidos cimientos.
EliminarY tengo entendido que las alas de las hadas traspasan los muros, como si fueran de niebla.
La vida ya habla, y dice que cada nuevo día es limpio y transparente.
Pero tienes que saber leer eso en cada amanecer.
Un beso.
Sí, creo que sí, que nunca se va a caer el puente...
EliminarY seguro que las alas de las hadas traspasan todo lo que tengan que traspasar para estar junto a su amor.
Sí,son limpios y transparentes los días...
Un beso :)