Como un hilo de seda serpentea el río entre los retazos verdes o amarillos de aquel paisaje. Su fondo, de arquitectura cavernosa, toma caprichosas formas, donde se solazan las truchas esquivas con su piel de plata.
Mis pies resbalaban sobre sus piedras, mientras las verdes algas abrazaban mi tobillo. Finas ataduras como las del sentimiento que me sostiene a su lado, mientras él, ausente a mis pensamientos, se desliza como espuma por sus aguas.
En el terruño se pierde el eco de mi palabra que reverbera entre los árboles, volviendo a mí como silencio.
Misteriosa
Quisiera ser el "hilo de seda" que siguiera tu paseo por el río.
ResponderEliminarUn beso.
Precioso... Muchas gracias, Rafael.
EliminarMontón de besos.
Ese momento, ese paisaje y ese hilo que has utilizado para tejer tu sentimiento...
ResponderEliminarAbrazos
Sí... Muchos besos, bonita.
Eliminar¡Qué sentimiento hay siempre en tus palabras!
ResponderEliminarBesos.
Soy sentimental...
EliminarMuchos besos.
Preciosa la descripción que haces de ese río, y me gusta tu pequeño relato, de hilos de seda, cuando está en calma puede estar también tejida la vida.
ResponderEliminarUn buen fin de semana y un abrazo.
Ambar
Seguro que sí, Ambar. Muchas gracias por tus palabras...
EliminarUn beso enorme.
Ese hilo de seda que recorrer el alma y el corazón, que nos lleva por meandros de serenidad, de torrentes de ilusión y a veces pasión y que al final nos muestra un curso sereno del corazón.
ResponderEliminarBesos
Bella tu manera de decirlo...
EliminarMuchísimos besos.
Por delicado que sea el hilo nos ata... de la misma forma que nos ata el amor, con la suavidad de la seda, nos acaricia...
ResponderEliminarHay ligaduras no atan nuestra libertad sino que nos hacen compartirla.
Un abrazo.
Me ha gustado mucho tu manera de expresar esa atadura del amor...
EliminarUn beso enorme.