Eres mi gavilán venerado, enérgico, humilde y sublime. Me indicas el sol, llevándome a la luz. Eres fuego donde ardo.
No hay sequía ni duelo en tu presencia, libre te alzas rondando mi corazón. Doy la vida por unos segundos en tu mirada.
En el valle me tienes, donde la imaginación no pone límite a mi deseo. En el desencadenado azote del mar sobre la roca, estoy dejándome tallar por la fuerza de tu pensamiento.
Te espero en la orilla, intentando divisar el esquife que a mí te acerca. Me hago agua, arena y piel en tu llegada.
Misteriosa
Autor imagen: María Paz Silva
eres una suave caricia cada vez que te leo un gran beso fernando
ResponderEliminarPues me alegro que sea caricia cuando me leas :)
EliminarBeso.
Débil barca que navega a la deriva...
ResponderEliminarUn abrazo.
:)
EliminarUn beso, Rafael.
Mi querida Misterio, entiendo todas esas emociones que uno descubre y siente cuando tiene enfrente aquel que en cierta manera gobierna la barca de nuestra vida, llenadola de amor y vida.
ResponderEliminarBesos y un buen fin de semana.
De que manera tan bonita lo dices, Ilesin. Me encanta.
EliminarGracias, muchos besos, pásalo muy bien.
Cuántas cosas esperamos en la orilla, atentos a lo que se ve en el horizonte.
ResponderEliminarOtro beso dulce.
Cierto, dulce, siempre esperamos...
EliminarBeso dulce.
Misterio:
ResponderEliminarHermoso poema de amor, localizado en el ambiente marino.
Me gustó cómo describes los sentimientos femeninos.
Besos.
Muchas gracias, Arturo, me alegra si te gusta :)
EliminarMuchos besos.
Resultaste ser no sólo uan mujer sensible, muy especialmente una gran escritora del amor.
ResponderEliminarBesos & abrazos
Muchas gracias, Alejandro, soy una romántica, eso se nota.
EliminarMuchos besos y abrazos.