El canto del ventilador,
con su rutina plagiada a la vida.
La mente, hecha sueño de agua,
se convierte en reguero, por el suelo,
atravesando estancias, a la calle.
Allí un remolino de aire lo eleva.
Etérea ilusión en vías de realidad.
Ha traspasado la barrera del sonido,
un estruendo sordo, hace que caiga a tierra:
Sueño roto.
Un nudo estirando las entrañas,
las permite gemir de dolor.
Tiendo un puente de suspiros,
cruzo, te traigo, te vas.
Una rosa colgada en el pensamiento,
llueve sus espinas
Los pétalos han quedado sujetos
para el picoteo de otras aves.
Un hilo fino de sangre en mi piel,
despide tu aroma;
es el momento en que tu imagen
acapara mi espacio, sin remedio.
Un intermedio, nuestro encuentro,
la película sigue
cumpliendo su guión no estudiado,
y yo, ausente de todo, a tu lado estoy.
Misteriosa
Misterio:
ResponderEliminarHe tenido una dura pelea con las metáforas, como resultado de ella, percibo la honda angustia por el amor lejano de alguien que se halla al lado...
Espero haber interpretado bien el mensaje, pues la poesía no es mi fuerte.
Un gran abrazo.
:) No es extraño, es un escrito un poco retorcido.
EliminarLa angustia es cierta...
Un bes.
Es bonito ese viaje, esa entrega, ese ofrecimiento que tu protagonista nos deja en sus versos.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz domingo.
Muchas gracias por tus palabras, Rafael :)
EliminarUn beso.